El Telehipnópata

¿Y si hubiera alguien capaz de adentrarse en los sueños ajenos y conocer los estadios previos a la muerte ¿Y si alguien ratificara/refutara la existencia del alma o descubriera su paradero definitivo ¿Y si todo eso te lo contara un ateo ¿Te lo creerías ¿Hubieras sido tú su evangelista

      Un matrimonio de jóvenes treintañeros sufre un accidente de tráfico trágico, como todos los accidentes. Ella queda en coma irreversible y él destrozado. Tanto que se la lleva a Estados Unidos, desde donde lo reclutan para un proyecto científico de la NASA (tan secreto como descabellado y esperanzador) por el que sería capaz de adentrarse en los sueños de pacientes en coma y que le permitiría aferrarse a los últimos hilos de vida de su esposa, algo que acaba logrando a costa de desarrollar un don especial. Y como todo experimento revolucionario que se precie, las cosas se tuercen un poco. El protagonista termina adquiriendo unas habilidades peculiares (pero creíbles, sin caer en superpoderes inverosímiles) y vive situaciones… prodigiosas. Le pedirán que investigue una muerte poco clara y se las verá con un científico extravagante ­-cuando menos­-, psiquiatras atípicos, agentes del gobierno, un paranoico entrañable, un barriobajero chicano, mujeres tentadoras, romanos, inquisidores, un traficante de armas, muyahidines, políticos sin escrúpulos, atracadores de bancos, un matón de gimnasio… Todo ello mientras va urdiendo su venganza definitiva.