Haikus de la perfección del día

Algún estudioso ha dicho que el haiku es una poesía de lo ausente. En la que se ausenta el mundo, se ausentan (sobre todo) los seres humanos, y hasta el propio poeta quiere disolverse en sus sutiles percepciones. El poder de esta forma, pues, reside ante todo en lo que sugiere, en lo que recorta y suprime de la escena: por esto, podemos suponer una vez más que lo esencial de aquel día perfecto falta en estos poemas, y sin embargo nos llama a gritos desde los espacios en blanco. Un diferido antecedente de esta obra puede estar en el Oku no Hosomichi, de Matsuo Bashō: un diario de viaje escrito en prosa, y en el que se intercalan, en pasajes fundamentales, haikus y tankas. Si omitiéramos todo excepto los poemas, podríamos encontrarnos con algo bastante similar a los Haikus de la perfección del día.